Pagafantismo everywhere (La epidemia del año 2015).
Pagafanteo en el metro, pagafanteo en los foros, pagafanteo en el baño, pagafanteo en la sopa, pagafanteo everywhere... Este es el estado actual de la sociedad moderna a finales del 2014. El pagafantismo ha llegado, y parece que lo ha hecho para quedarse.
Creo que a estas alturas no es necesario explicar lo que es un pagafantas, porque ya hay suficiente material sobre este tema. Nos quedaría profundizar y definir quizás los diferentes niveles y categorías (mundo real, mundo virtual, etc.), aunque esto es secundario.
Estamos a las puertas de 2015 y el mundo definitivamente ha cambiado. A día de hoy se puede decir que las “relaciones tradicionales” como las conocíamos están finiquitadas -DEP, kaputt- gracias a una serie de factores, como la ingeniería social en casi todos los ámbitos de la vida y la tecnología (redes sociales y smartphones).
Hablando de redes sociales y de smartphones, una mujer que no sea ni muy gorda ni muy fea, ni sufra una deformidad excesivamente monstruosa, puede conseguir en una semana unos 500 mensajes “no solicitados” (siendo 900 si está buena) en Tinder, Badoo, POF u otra penosa web como “Adopta Un Tío".
Todo esto sin demasiado esfuerzo, simplemente por haber nacido con una vagina y tener conexión a internet.
Quinientos mensajes son varias veces la cantidad de contactos que sus madres o abuelas podrían esperar en toda una vida. No está mal, ¿verdad? Imaginaos lo que puede ocasionar esto en el cerebro de un homínido que hasta no hace mucho tiempo solía moverse en clanes de alrededor de unos treinta miembros, y que está programado para mantener una red de contactos de como máximo 150 individuos...
El pagafanteo, deporte nacional.
El pagafantismo es real, es evidente que las mujeres están siendo pagafanteadas en todos los ámbitos de su vida. Un estudio de "Pew Research Center” nos indica que una mujer adolescente está enviando alrededor de 100 mensajes por día (50 en 2009, 60 en 2011 —> más o menos 100 en 2015).
De primero de foro: El origen de la epidemia tiene lugar al fracturarse el contrato social (una mujer para cada hombre), haberse liberado el instinto hipergámico de la mujer y haber convertido al 90% de la población masculina en efebos sin pelotas que se comportan como indigentes sentimentales. Y es que por naturaleza las mujeres solo mojan bragas por el "Top 10” de los hombres, condenando al 90% restante al ostracismo, a disputarse las migajas o a esperar a que las jovencitas venidas a maduritas decidan sentar la cabeza con un “hombre de verdad”, proveedor y empujacarrista.
Como ya sabemos, esto suele suceder cuando ellas se acercan a la fatídica barrera de los 30, aunque la mayoría de ellas (gracias a la programas de lavado de cerebro exprés como “Sexo en Nueva York”) no se dan cuenta y estiran el chicle hasta el infinito y más allá, atiborrando los antros de fin de semana de clientas que en otros tiempos estarían sacando adelante a familias.
Los motivos de los pagafantas son variados, pero en definitivas cuentas de lo que se trata es de exhibir un comportamiento servil e interesado para ganarse el favor de las féminas. Es otra consecuencia de la ingeniería social del feminismo, que ha fabricado cantidades industriales de hombres feminizados, débiles y prescindibles; Auténticas masas de carne con ojos que solo sirven al ginocentrismo y para hacer salchichas después de ser triturados en el divorcio; porque seamos realistas: A ninguna mujer le atrae un hombre sometido.
Hemos llegado a tal nivel de pagafantismo, que una ardilla podría cruzar España saltando de pagafantas en pagafantas.
"Mi mujer me ha dicho que si consigo un millón de likes podemos hablar lo de tener un bebé"
En Internet también tenemos hordas de hombres gravemente afectados de pagafantismo frecuentando foros de mujeres, foros de decoración o incluso foros feministas con la pobre esperanza de rebañar las raspas para pagar una Fanta, un café, un pastelito o lo que se tercie.
Esta epidemia está causando auténticos estragos en la identidad masculina, destruyendo cualidades ancestrales como la camaradería, la dignidad, el respeto por uno mismo, la amistad, la honestidad, etc. El código de honor masculino “Bros before Hos” ("los colegas antes que las novias”) se ha desintegrado definitivamente. Un hombre pagafantas no dudaría en tirar a un amigo de toda la vida debajo de un autobús por la posibilidad de tocar una teta. Leedlo bien: Esta clase de tipos serían capaces de destruir una amistad forjada durante años a cambio de un orgasmo de tres segundos.
En otros tiempos os hubieran reventado la crisma con un trozo de escombro para robaros las gallinas, una vasija o un saco de maíz. Haceros un favor a vosotros mismos y eliminad a estos vermes de vuestras vidas, soltad el innecesario lastre y aprended a volar solos. Au Revoir y good riddance.
Huestes pagafantoides.
La epidemia de pagafantismo no se debe tomar a la ligera. De ella se nutren las huestes de palmeros feministas y justicieros sociales encargados de mantener el "orden" en la plantación, y de salvadoncellas dispuestos a recibir un hachazo en la cocorota por "defender" a una mujer del delincuente que ella misma ha designado como pareja sentimental.
El pagafantismo también es hipocresía. Mientras que el típico
Pagafantas Vulgaris sería capaz de vender a su madre, a su abuela, y hasta a su colección de Playmobil por conseguir el tan ansiado paseo con pipas con la jovencita de turno, por otro lado ignora a las solteras de 35 para arriba.
“Las mujeres son así, que le vas a hacer”.
En realidad no son así. Las mujeres toman la forma de la sociedad que las contiene, y si la sociedad está plagada de hombres débiles y arrastrados, la consecuencia es una sociedad enferma donde prima el porqueyolovalguismo exacerbado.
Lo peor de todo es que esta epidemia va a más, porque la maquinaria propagandística ginocéntrica no deja de bombardearnos continuamente en varios frentes; en la radio, la televisión, la prensa, la publicidad… Los pagafantas nacen, crecen y se multiplican. Y por cada pagafantas que toma la píldora roja y despierta, el sistema produce otros diez. Este nuevo paradigma está construyendo a toda máquina una sociedad de mujeres masculinizadas y de hombres débiles feminizados, me pregunto qué futuro nos aguarda...
Nos queda el consuelo de saber que en este y otros foros de la Manosfera no existe el pagafantismo, básicamente porque no hay tordas a las que pagafantear. Esta es una comunidad de hombres, y por tanto el que se registra en estos foros no lo hace albergando la esperanza de rebañar sobras, sino porque de verdad le interesan estos temas, y quiere aprender la sabiduría olvidada de nuestros antepasados, la que nos llevó de cazar ardillas a pedradas a instalar sismógrafos en la Luna.
Y si bien este conocimiento puede que no sirva para salvar a la sociedad en su conjunto, es más que suficiente para que cada uno salve su culo de manera individual, evitando el divorcio, las denuncias falsas y otras trampas más sutiles del sistema
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