viernes, 2 de marzo de 2018

Una mujer sale tan satisfecha de una sala de fiestas como un hombre de un burdel. ( Lo mejor de Misandria.info)


Una mujer sale tan satisfecha de una sala de fiestas como un hombre de un burdel.



Cada noche hay mucha gente saliendo en cualquier ciudad. Durante los fines de semana, mucha gente joven va a clubs o a fiestas tan religiosamente como sus padres o abuelos iban a la iglesia. Pagan la entrada del local, pagan el aparcamiento, conducen coches caros, visten con ropa de marca. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué impulsa a la gente joven a acudir a semejantes lugares? Echémosle un vistazo a la motivación de ambos sexos:


¿Por qué acuden los hombres a los bares de copas y locales nocturnos?


Los hombres acuden a estos locales por una sola razón: es el lugar donde están las mujeres. Desde que éramos jóvenes, a los hombres se nos ha programado para que creamos que salir por la noche es la manera de obtener sexo.
Si enciendes la televisión, y especialmente si te fijas en los vídeos musicales, verás a chicas con poca ropa, bailando de manera pretenciosa alrededor de hombres que proyectan un cierto estatus. En las películas ves como muchos hombres consiguen continuamente sexo de una noche y con gran facilidad.


Básicamente entran a esos lugares y salen de ellos con una mujer colgada del brazo. Esta imagen la tenemos plasmada en nuestro subconsciente. Muchos hombres salen por la noche porque creen que esa es la mejor manera de conseguir sexo.


¿Por qué acuden las mujeres?


Si observas a las mujeres, verás casi lo contrario. Las mujeres salen por la noche para dedicarse a lo que más les gusta, esto es, jugar en el mercado de las relaciones. Para una mujer, los clubes nocturnos son una simulación de la bolsa de valores o una subasta pública donde ella tiene la oportunidad de lucirse, puede medir su cotización y el interés de los hombres. Cuanto más interés recibe más alta es su cotización. En las discotecas y bares de copas, ella puede percibir qué hombres tienen mayor estatus y qué grupo de gente tiene a las mejores mujeres en su escaparate. Juzgando el entorno, ella puede medir su cotización y la posición de la competencia.


Esto significa que para una mujer, su cotización depende de la cantidad y calidad de hombres que puede rechazar. En ese entorno puede hacer gala del único poder que tiene, su poder sexual.


El gran negocio.


Entonces, ¿Qué sucede exactamente en los locales nocturnos? Yo he acudido a estos lugares durante muchos años, porque también caí en la trampa. Básicamente lo que ves es a un montón de gente entrar y salir, ir de un sitio a otro, bailar en círculo y observarse mutuamente. Mientras tanto, montones de hombres se emborrachan para sobrellevar mejor el aburrimiento y a veces hablan con las mujeres.


Las mujeres pertenecen a otro grupo, por lo que los avances de los hombres acaban cayendo en saco roto la mayoría de las veces. Las mujeres juegan un poco con su presa y se divierten con ella (la mayoría de las veces también por aburrimiento y por el chute de ego que reciben de la atención masculina). Las mujeres cogen también cierto puntillo con el alcohol, por lo que a veces verás a alguna besarse con un hombre. Para una mujer esto no significa absolutamente nada. Los hombres reciben también algo de atención de las mujeres y atentos a esto: a veces consiguen morrearse con una chica borracha.


Es un modelo de negocio casi perfecto. De esta manera los tipos piensan que si se esfuerzan, le ponen ganas, pulen sus dotes de seducción, su vestimenta y su labia, gastan más dinero, etc... Al final conseguirán a la chica, pero esta mentalidad es errónea, por decirlo de alguna manera.


Si tiras de estadísticas, verás que el número de parejas sexuales para un hombre a lo largo de su vida suele ser de 7 más o menos. Esto quiere decir que el hombre medio debe salir por la noche durante años para rascar algo. Y es congruente con lo que se observa a pie de campo. En realidad ves a un grupo de gente entrar en un local y salir de él en el mismo estado, intacto. A veces consiguen un magreo, a veces una mujer les tocará la cebolleta, pero la mujer por lo general se considera el "premio" y no regala el sexo así como así. Muchas veces las mujeres se irán con un tipo del cual no tengan dudas cuál es su estatus social y financiero. Y esto significa alguien de su propio entorno.


Evita la trampa masiva.


Así que al final, los locales de copas son simplemente lugares donde las mujeres obtienen lo que buscan: Montañas rusas emocionales para su ego, atención y una perfecta plataforma donde exhibir e inflar su cotización sin demasiado esfuerzo. Y para esto necesita la colaboración de los hombres, por supuesto.

Por eso de alguna manera los locales de copas son como puticlubs para las mujeres. Los hombres son las prostitutas que le proporcionan a sus clientes femeninos las montañas rusas emocionales y las subidas de ego que ellas desean. El precio que los hombres pagan no solo comprende el precio del transporte, parking, entrada, bebidas o incluso el tiempo perdido. El mayor precio que ellos pagan es su dignidad.


¿Qué podemos hacer al respecto? La mayoría de hombres más experimentados o con cierta edad acaban asqueados de estos locales. Los hombres como colectivo tenemos que enfrentarnos al hecho de que los locales de copas están ahí para consumirnos a nosotros. Nos roban de nuestra dignidad, nuestro tiempo y nuestros recursos. Son lugares donde suelen haber muchas mujeres, pero tenemos que verlos como si fuera una trampa de miel para hormigas, con la diferencia de que la miel está ahí para atraernos a nosotros y a lo que poseemos.


Ya sé que es duro quedarse en casa y no tener otro plan alternativo. Queremos CREER que esos locales nocturnos pueden proveernos de ese excitante estilo de vida, pero hay que darse cuenta de que con las cifras en la mano todo es una gran estafa. También nos han hecho creer de que si fallamos en estos locales, fallamos en la vida.


Para recomponer su ego, muchos chicos encuentran refugio en el alcohol, las drogas y la ilusión de que van allí "por la música". Acudiendo a estos locales alimentan el sistema. Como colectivo, los hombres deberíamos de dejar de malgastar nuestro tiempo y nuestros recursos en estos lugares. Estás pagando por una ilusión, y además una ilusión cara. Mi recomendación es que te mantengas alejado de estos lugares, a no ser que te guste prostituirte, por supuesto.

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