En esta entrada vamos a comentar algunas de las razones por las cuales no deberías casarte con una mujer mayor de 30 años.
Comencemos:
- Una mujer mayor de 30 años tiene una fertilidad baja. Si quieres tener descendencia, esa mujer puede que ni siquiera llegue a cubrir la media actual de 1,3 niños por pareja.
- Una mujer mayor de 30 años probablemente tenga un número bastante alto de relaciones pasadas. Cuando te casas con esta mujer puedes dar por sentado que por ese plato han pasado al menos otros 30 tipos antes que tú. Espero que te acostumbres a los fantasmas de sus relaciones anteriores. Por muy bueno que seas en la cama, ella jamás va a sentir lo mismo que su primera vez; cuando era más guapa, más joven, más inocente y más inexperta.
- Una mujer mayor de 30 años está estropeada por el equipaje emocional de las relaciones fracasadas. Debería estar agradecida de que te cases con ella, pero no lo está. Lo que espera es que cargues con ese fardo y tires del carro.
- Una mujer mayor de 30 años está enamorada de su vida laboral y le rinde pleitesía a sus jefes antes que a ti. Tu eres una subcontrata más.
Pero estas razones palidecen en comparación con el hecho de que todo hombre que se casa con una mujer mayor de 30 años está invirtiendo todo lo que posee en un producto que se deprecia muy rápidamente, y que además ya ha perdido la mayor parte de su atractivo.
A continuación un comentario de uno de nuestros lectores:
"El declive del atractivo de una mujer puede resultar espectacularmente abrupto en unos pocos años.
Con toda seguridad. Hay tipos que se casan con mujeres que acaban de cumplir los 30 y casi sin darse cuenta ¡BAM! El Muro. La historia termina antes de que pueda comenzar.
A veces voy por la calle y veo parejas casadas paseando. En 9 de cada 10 casos podría decirse que la mujer es tan poco atractiva que no podría imaginarme pasar una noche con ella. Y estamos hablando de mujeres que tienen 30 años. De hecho, me parece casi imposible imaginarme que en algún momento de su vida hubiesen sido lo suficientemente atractivas como para generar la atención de un hombre.
Quizás sea culpa mía o yo haya perdido mi imaginación, porque allí donde solo veo sobrepeso, arrugas y flaccidez, sus parejas han visto una oportunidad y un panorama incomparable.
¿Es posible que estos tipos tengan un estómago a prueba de bombas? ¿Qué clase de fuerza de voluntad poseen para ponerse cachondos con esas bestias? Yo os aseguro que no podría hacer lo mismo. No tengo esa capacidad, y me lo podéis echar en cara si queréis. Estos tipos deben ser semidioses, paseándose por ahí en medio de los mortales como yo. Dadme un regimiento de esos hombres y... bueno no sé lo que haría con ellos, probablemente subir las ventas de porno un par de puntos."
La historia termina antes de que pueda comenzar.
Casarse con una mujer mayor de 30 años es como comprarse un coche usado que está a 1 kilómetro de los 150.000 para pasar la revisión. Sí, seguro que vas a disfrutar un par de viajecitos sentado en esa caja, pero no le faltará mucho para que se le caiga el tubo de escape en un bache o el motor se tire un pedo camino de Villaparda.
La mujer mayor de 30 años tiene la capacidad de arreglarse el tiempo suficiente para engañar a su maridito beta proveedor durante un corto periodo de tiempo, y una vez que firma en la línea de puntitos ya lo puede mandar a freír gárgaras.
Cásate mejor cuando ella es joven y todavía conserva el precinto de garantía. Si tienes que picar algún billete, que sea ese. De esta manera puedes disfrutar 5 o 10 años de tu mujer en pleno apogeo, antes de que sus pétalos comiencen a marchitarse. Renunciar a tu instinto natural de perseguir culos jóvenes a cambio de diez años de sexo fresco, es mucho mejor que dos años de sexo reseco pagando el mismo exagerado precio.
Pero todavía tienes alguna que otra sutil razón para renunciar a la macroestafa de casarse con una mujer mayor de 30 años.
Digamos que si te casas con una mujer menor de 30 años, va a llegar el día en el que ella pase de los 30. Pero es que incluso llegado el caso, también vas a tener algo que los hombres desesperados que se casaron con mujeres con las tetas a punto de caerse jamás tendrán: años de monopolizados e irrepetibles recuerdos de juventud. Si consigues atrapar a una veintiúnañera y ocupar su cavidad espermaanatómica durante los próximos diez años, verás el vínculo que se fragua mediante espléndidos revolcones de pasión es mucho más sólido que el que reposa tras acumular un elevado número de vacuas experiencias.
Ese calor que te da de jovencita no podrá ser replicado en su edad madura, pero todo ese flujo de emociones superconductoras e interconectadas entre sí, quedarán como atrapadas en ámbar líquido, conservando su esencia más allá de su madurez, pudiendo transcender incluso hasta la aburrida inercia marital (unos 50 años más o menos).
Cuando te casas con una mujer mayor de 30 años, con lo que único que te quedas es con ese grasiento y manoseado menú de carretera, repleto de refritos, recuerdos resecos y experiencias precocinadas.
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